UN ALBOROTO PARA VOLVER A CENSURAR DERECHOS
Hay que agradecer a la iglesia española que siga donde está. Sus recomendaciones a los parlamentarios católicos de que voten en contra de la nueva ley que regula el aborto en España nos sumerge, de nuevo, en el tunel del tiempo y nos retrotrae a los años duros del nacionalcatolicismo tan añorado, parece, por la muy Católica Apostólica y Romana iglesia española. Ya se sabe que desde, al menos el siglo XIX, las familias con "pedrigí" de los "burgos" españoles tenían un hijo listo en las Cortes o en la Corte de Madrid, una hija en el convento; un hijo en el ejército y ¡cómo no! un hijo curita que debía aspirar a ser al menos obispo. Bueno pues la "Nueva Burguesia Populista" ahí sigue anclada, salvo honrosas excepciones. Y su connivencia y seguidismo sobre los pasos de "su" iglesia son un hecho. Pero es que además ¡les unen tantos intereses! No se dan cuenta, los Populares y la iglesia, que la sociedad de principios (que es eso de: ¡"en pleno si